lunes, 25 de octubre de 2010

CARTA DE MAQUIAVELO ESCRITA A SU AMIGO VETTORI

En mis tierras me estoy, y desde mis últimas desventuras no he permanecido, juntándolos todos, ni veinte días en Florencia... Me levanto con el sol y me voy al bosque mío que están talando, donde paso dos horas, inspeccionando los trabajos del día anterior y conversando con los leñadores, que siempre tienen algún pleito entre ellos o con sus vecinos...
Y dejando el bosque, me dirijo a una fuente, y de allí al sitio donde dispongo mis trampas para cazar pájaros, con un libro bajo el brazo: Dante, Petrarca, o uno de los poetas menores, como Tibulo u Ovidio. Leo de sus amores y pasiones que, al recordarme las mías, me entretienen sabrosamente en este pensamiento. Tomo luego el camino de la hostería, donde hablo con los pasajeros y les pido noticiasde sus lugares, con lo que oigo diversas cosas y noto los varios gustos y humores de los hombres.
Llega en esto la hora del yantar, en el que consumo con mi familia los alimentos que puede dar esta pobre tierra y mi menguado patrimonio. Después de haber comido, vuelvo a la hostería, donde con el posadero están, por lo común, un carnicero, un molinero y dos panaderos. Con ellos me encanallo jugando a los naipes o a las damas, de lo que nacen mil disputas e infinitas ofensas y palabras injuriosas, y lo más a menudo se combate por un centavo, y hay veces que desde San Casciano se nos oye gritar. Y en esta piojería he de zambullirme para que no acabe de enmohecérseme el cerebro, y para desahogar esta malignidad de mi suerte...
Al caer la noche, vuelvo a casa y entro en mi estudio, en cuyo umbral me despojo de aquel traje de la jornada, lleno de lodo y lamparones, para vestirme ropas de corte real y pontificia; y así ataviado honorablemente, entro en las cortes antiguas de los hombres de la antigüedad. Recibido de ellos amorosamente, me nutro de aquel alimento que es privativamente mío, y para el cual nací. En esta compañía, no me avergüenzo de hablar con ellos, interrogándolos sobre los móviles de sus acciones, y ellos, con toda humanidad, me responden. Y por cuatro horas no siento el menor hastío; olvido todos mis cuidados, no temo la pobreza ni me espanta la muerte: a tal punto me siento transportado a ellos todo yo - tutto mi trasferisco in loro -. Y guiándome por lo que dice Dante, sobre que no puede haber ciencia si no retenemos lo que aprendemos, he puesto por escrito lo que de su conversación he apreciado como lo más esencial, y compuesto un opúsculo "De Principatibus", en el que profundizo, hasta donde puedo, los problemasde este tema qué es: "la soberanía, cuántas especies hay, y cómo se adquiere, se conserva y se pierde".
A esta carta la tiene los especialistas por la mejor de su génerode la literatura italiana; y fuera de estos méritos, sobre los que no nos toca pronunciarnos, consiste sin duda, en sus párrafos últimos, en un admirable documento de poder formativo y libertador de la cultura, de la cultura clásica sobre todo, tal y como la vivieron estos hombres del Renacimiento.
Maquiavelo nos enseña, por haberlo vivido él mismo, cómo siempre será posible, aun en las peores circunstancias, hacer de la sociedadde los grandes espíritus nuestro reino interior; un reino en el que somos invulnerables a todo lo que por el exterior pueda afectarnos, a los casos de fortuna o a la perversidad de los hombres.

EL PRINCIPE UNA DE LAS MEJORES OBRAS DE MAQUIAVELO

Leer a Maquiavelo o su obra "El Príncipe", es enfrentarnos al triunfo del espíritu renacentista sobre la religión, como también al lado más creador y sombrío de los hombres por obtener el poder, conservarlo y expandirlo en las justas proporciones que podamos gobernarlo y protegerlo, en la ardua e inconclusa tarea de manejar el poder ante la sociedad.
Generalmente se afirma que la historia es el registro de los actos de los hombres a través del tiempo. Desde esa interpretación, Nicolás Maquiavelo ve la disolución de una era y/o del mundo medieval, y el nacimiento de una nueva realidad en la que el hombre, vuelve a ser la preocupación esencial de todas las cosas: el Renacimiento.
Si la política debía ser el arte de lo posible, para Maquiavelo, ello significaba que ésta debía de basarse en realidades. Las necesidades de cambioque él formuló, para su tiempo, fueron extraídas de su observación del mundo material y del estado de ánimo colectivo de sus compatriotas.
Sin embargo, en "El Príncipe", también se encuentra la reivindicación del Estado moderno como articulador de las relaciones sociales y la necesidad de que los hombres vivan en libertad.

RELACION ENTRE MAQUIAVELO Y CIENCIA MODERNA

En la ciencia política nadie ha sido más importante que Niccolo Machiavelli, pues sentó las bases, con su conocida obra El Principe, para la creación de la ciencia política mundial.
La vida de Nicolás Maquiavelo puede dividirse claramente en tres etapas: la primaria, la de la función pública y la del exilio. En su primera etapa, Nicolás Maquiavelo escribió El Príncipe, inspirado por Lorenzo de Médici, quien se encontraba con el poder en Florencia, Italia.
Ya en su segunda etapa y coincidiendo con la caída de los Médici, Maquiavelo ingresó al servicio público florentino, como secretario, canciller y secretario de la segunda cancillería, hasta el regreso de los Médici impulsado por el Papa León X, en donde fue acusado por traición a esa familia y finalmente terminó siendo exiliado.
De esta división de su vida, se desprende el origen de El Príncipe, pues como ya habíamos mencionado, en sus primeros años escribió su obra, fundamental para la filosofía política moderna, inspirado en Lorenzo de Médici, sin embargo, una vez reinstaurado el régimen de los Médici, Maquiavelo trató de agradar al nieto ahora en el poder, dedicándole su importante obra.
Escribió Nicolás Maquiavelo en la dedicatoria de El Príncipe que “los que desean congraciarse con un príncipe suelen presentársele con aquello que reputan por más precioso entre lo que poseen... y aunque juzgo esta obra indigna de Vuestra Magnificencia, no por eso confío menos en que sabréis aceptarla”.

sábado, 23 de octubre de 2010

PENSAMIENTO DE MAQUIAVELO

Tener de amigo a Dios es un privilegio, decía el Florentino, que no puede tomarse a la ligera. Se supone que el amigo de los Dioses, escribe Platón en "la República", recibe de ellos lo mejor de las cosas. Moisés, escribe Nicolás, tuvo un gran preceptor en Dios mismo y recibía de él órdenes verbales. En ningún lugar, nuestro autor, examina por extenso su concepción de Dios. Pero diseminadas en sus escritos, hay muchas referencias a Dios. Reunidas, forman un retrato inconfundible. El Dios de Nicolás es el Creador, la Divinidad Principal, Providencial, Real, Universal; el de los muchos nombres,personal, invocable, agradecible, merecedor de reverencia; un juez, justo y clemente, que premia y castiga; aterrador, una fuerza trascendente, separada del mundo pero actuante en él.
"...y el hombre ha sido creado sólo para bien y honor de Dios, quien le dio el habla para que pudiera alabarlo; le dio un rostro no inclinado hacia la tierra, como los animales, sino orientado hacia el cielo para que pudiera contemplarlo continuamente; le dio las manos para que pudiera construir templos, hacer sacrificios en su honor; le dio la razón y el intelecto para que pudiera especular y conocer la grandeza de Dios... Pensad por tanto cómo todas las cosas hechas y creadas, son hechas y creadas en beneficio del hombre..."

martes, 5 de octubre de 2010

CIENCIA MODERNA

La ciencia es un conjunto de conocimientos racionales, ciertos o probables que se obtienen mediante el empleo del método científico, esta se denomina moderna porque se desarrolla en los siglos XVI, XVII y XVIII; es decir, esta se basa en el conocimiento científico, el cual no es más que un rasgo característico de la ciencia pura como de la aplicada.
Una de las figuras importantes en la construcción de un saber radical en la ciencia fue el francés René Descartes (1596 - 1650), a quien se atribuye la fundación de la filosofía moderna que es el conocimiento y la existencia, y el desarrollo del paradigma mecanicista. Es considerado el fundador de la ciencia moderna, debido a que estableció los fundamentos metodológicos, epistemológicos y teológicos de la ciencia.
La relación que existe entre la medicina, la religión y la salud es que establecen una relación entre espíritu y cuerpo, el ser humano y los otros, el ser humano y la naturaleza, la medicina y la religión, es decir, reconocen el vínculo indisoluble entre la enfermedad, el enfermo y su sociedad

origen y explicacion de MAQUIAVELICO

MAQUIAVELICONiccolo Machiavelli, un inteligente italiano de Florencia, llevó a cabo numerosas misiones diplomáticas con extremo tacto, pero como resultado de un altibajo político florentino en 1512 fue privado de su posición y forzado a un retiro no deseado. Ocupó entonces su tiempo libre escribiendo sobre ciencia Política y describiendo sus nociones de cómo debía gobernarse una nación. Aunque era un hombre amable y honesto, admitía que en el cruel mundo de aquella época, y quizás en todas las épocas, los dirigentes tenían que observar principios muy realistas, que a veces podían ser crueles y duros. Dio cuerpo a estas nociones en su famoso libro El Príncipe. Veinte años después de la muerte de Maquiavelo, Catalina de Médicis, una princesa florentina, se convirtió en reina de Francia. Su especial talento para las intrigas hizo que sus enemigos la acusaran de usar principios maquiavélicos. Haciendo muy poca justicia al hombre del cual se ha tomado. El vocablo es sinónimo hoy de astuto y carente de principios.

BIOGRAFIA

Nicolás Maquiavelo
(Florencia, 1469-1527) Escritor y estadista florentino. Nacido en el seno de una familia noble empobrecida, Nicolás Maquiavelo vivió en Florencia en tiempos de Lorenzo y Pedro de Médicis. Tras la caída de Savonarola (1498) fue nombrado secretario de la segunda cancillería encargada de los Asuntos Exteriores y de la Guerra de la ciudad, cargo que ocupó hasta 1512 y que le llevó a realizar importantes misiones diplomáticas ante el rey de Francia, el emperador Maximiliano I y César Borgia, entre otros.

Nicolás Maquiavelo
Su actividad diplomática desempeñó un papel decisivo en la formación de su pensamiento político, centrado en el funcionamiento del Estado y en la psicología de sus gobernantes. Su principal objetivo político fue preservar la soberanía de Florencia, siempre amenazada por las grandes potencias europeas, y para conseguirlo creó la milicia nacional en 1505. Intentó sin éxito propiciar el acercamiento de posiciones entre Luis XII de Francia y el papa Julio II, cuyo enfrentamiento terminó con la derrota de los franceses y el regreso de los Médicis a Florencia (1512).
Como consecuencia de este giro político, Maquiavelo cayó en desgracia, fue acusado de traición, encarcelado y levemente torturado (1513). Tras recuperar la libertad se retiró a una casa de su propiedad en las afueras de Florencia, donde emprendió la redacción de sus obras, entre ellas su obra maestra, El príncipe (Il principe), que Maquiavelo terminó en 1513 y dedicó a Lorenzo de Médicis (a pesar de ello, sólo sería publicada después de su muerte).
En 1520, el cardenal Julio de Médicis le confió varias misiones y, cuando se convirtió en Papa, con el nombre de Clemente VII (1523), Maquiavelo pasó a ocupar el cargo de superintendente de fortificaciones (1526). En 1527, las tropas de Carlos I de España tomaron y saquearon Roma, lo que trajo consigo la caída de los Médicis en Florencia y la marginación política de Maquiavelo, quien murió poco después de ser apartado de todos sus cargos.
La obra de Nicolás Maquiavelo se adentra por igual en los terrenos de la política y la literatura. Sus textos políticos e históricos son deudores de su experiencia diplomática al servicio de Florencia, caso de Descripción de las cosas de Alemania (Ritrato delle cose della Alemagna, 1532). En Discursos sobre la primera década de Tito Livio (Discorsi sopra la prima deca di Tito Livio, 1512-1519) esbozó, anticipándose a Vico, la teoría cíclica de la historia: la monarquía tiende a la tiranía, la aristocracia se transforma en oligarquía y la democracia en anarquía, lo que lleva de nuevo a la monarquía.